Aventura por los Balcanes

¡Buenos días!

Después de unas semanas de descanso, vuelvo con las pilas cargadas y con muchas ganas de compartir nuestra aventura veraniega por los Balcanes.

Si os gusta tanto como a mí conocer otras culturas, no os perdáis este post lleno de curiosidades y acompañado por la maravillosas fotos de José Luis Tabueña.

¡Empezamos!

Maialen por José Luis Tabueña

Viajar por los Balcanes fue como adentrarse en una región donde la naturaleza exuberante convive con una historia tan compleja como fascinante.

Balcanes naturaleza

Este verano hemos recorrido Bosnia y Herzegovina, Albania, Montenegro y parte de Croacia, y he vuelto enamorada de su riqueza cultural, sus montañas y lagos, y las historias que aún laten en cada rincón.

Montenegro, pese a ser uno de los países más pequeños de Europa, guarda algunos de los paisajes más impactantes del continente.

El fiordo de Kotor, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es realmente impresionante.

Los fiordos de Kotor

Uno de los rincones más sorprendentes es el Parque Nacional Durmitor, donde se encuentra el cañón del río Tara, el más profundo de Europa y el segundo del mundo después del Gran Cañón de Colorado.

Cruzar sus puentes colgantes o hacer rafting en sus aguas turquesas es una experiencia.

Lagos de Montenegro

Montenegro fue uno de los últimos territorios europeos en resistir al Imperio Otomano, gracias a la dureza de sus montañas y a la organización tribal de sus habitantes.

Hasta el siglo XX, era gobernado por príncipes-obispos, una fusión única de poder religioso y político que no se ve en otros países europeos.

Montenegro naturaleza

Algo que sorprende es la altura de sus habitantes: están entre los más altos del mundo, con una media masculina cercana a los 1,83 m.

Se dice que su estatura se debe tanto a la genética como a una dieta tradicional rica en lácteos y carne. Pero más allá de lo físico, los montenegrinos tienen fama de tener una personalidad relajada y tranquila, hasta el punto de que existe el término “fjaka” que describe ese estado de pereza feliz y despreocupación.

Por otro lado, pisar Bosnia me emocionó porque me transportó a un pasado doloroso todavía presente.

Durante la Guerra de los Balcanes (1992-1995), este país sufrió uno de los ataques más largos de la historia moderna: el asedio de Sarajevo.

Sarajevo

La capital estuvo rodeada por los invasores serbios durante casi cuatro años; escuchar sus historias fue espeluznante.

Casa túnel de la esperanza Sarajevo

Con el tiempo construyeron una vía de escape que les comunicaba con las montañas: el famoso túnel de la esperanza.

Tunel de Ła esperanza Sarajevo

Sarajevo es conocida como “la Jerusalén de Europa” porque en apenas unas calles conviven una mezquita otomana, una sinagoga sefardí, una catedral católica y una iglesia ortodoxa.

¡Me pareció fascinante!

Iglesia Sarajevo

Pasear por Baščaršija, el bazar otomano, es como viajar al pasado con sus cafeterías de estilo turco, talleres de artesanía en cobre y olor a cevapi, un plato de carne tradicional.

Sarajevo José Luis Tabueña

Café de Sarajevo. Balcanes

Curiosamente fue en Sarajevo donde comenzó la Primera Guerra Mundial cuando, en el puente Latin, Gavrilo Princip asesinó al archiduque Francisco Fernando de Austria en 1914.

Las rosas de Sarajevo

Mostar, otro pueblo de Bosnia, también me pareció preciosa.

Mostar Bosnia Balcanes

Fue bombardeado con gran intensidad durante la guerra, pero con el tiempo reconstruyeron su puente, Stari Most, y a día de hoy es un símbolo de reconciliación.

Mostar bosnia y Herzegobina. Balcanes

Otro país que me sorprendió fue Albania.

Albania gente en la calle

Durante décadas, este país de los Balcanes estuvo aislado bajo la dictadura de Enver Hoxha.

El mandatario ordenó construir más de 170.000 búnkeres por todo el territorio ante un hipotético ataque. Hoy, muchos de esos búnkeres se han reconvertido en cafés, museos o espacios culturales.

Albania foto panorámica. Balcanes

En Tirana, la capital, destaca la Plaza Skanderbeg, rodeada de edificios de la época comunista, pero también de modernas intervenciones urbanas llenas de color.

Una de las curiosidades es el Bunk’Art, un museo instalado en un antiguo refugio subterráneo que combina memoria histórica y arte contemporáneo.

Maialen en Albania Balcanes

La ciudad llama la atención por lo rápido se está reinventando. Sus calles están muy vivas.

Cierro este recorrido con Dubrovnik, ciudad croata, conocida como “la perla del Adriático”.

Croacia costa

Rodeada de murallas perfectamente conservadas, esta ciudad de los Balcanes fue durante siglos una república marítima independiente.

Hoy muchos la conocen como escenario de la serie Juego de Tronos, pero más allá de eso, Dubrovnik conserva curiosidades históricas sorprendentes.

Por ejemplo, en el siglo XV ya contaba con uno de los primeros sistemas de alcantarillado de Europa y un orfanato anexo a un convento franciscano, lo que muestra su carácter avanzado y humanitario.

Descubriendo Duvronik

Me gustó mucho pasear por su casco antiguo.

Fotografía de los Balcanes

Sin duda, viajar por los Balcanes ha sido toda una experiencia de resistencia, convivencia y transformación.

Montañas y lagos de los Balcanes

La región se parece a un gran mosaico de culturas e identidades que merece ser explorado sin prisas.

Puesta de sol Balcanes

De este viaje por los Balcanes me llevo mucho; sobre todo, sus historias humanas.

Si tenéis la ocasión, no dejéis de visitarlo.

¡Feliz comienzo del otoño!

  1. Ya tenía ganas de uno de tus maravillosos post de viajes! Me ha encantado, gracias por contarnos tantas cosas interesantes!

  2. Muy interesante , por cómo nos has narrado en pocas palabras. Este año hemos viajado cerquita de los Balcanes , aunque diferente merece la pena visitar esos paises👏👏. Fotos muy bonitas!!! Muxu

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